Un escape en mal estado puede producir serios riesgos en su vehículo y a la salud de sus ocupantes. Los gases de la combustión son de alta toxicidad y al ingresar en el habitáculo del automóvil producen desde mareos, dolores de cabeza y náuseas hasta pérdidas de conocimiento que pueden derivar en la muerte.
Los problemas más comunes en el vehículo son la pérdida de potencia y el aumento en el consumo. Ello puede provocar incendios y/o quemaduras de partes vitales del rodado. Si la pérdida está muy cerca del múltiple de escape, el uso prolongado en estas condiciones puede derivar en quemadura de válvulas u otros elementos cercanos a la misma.